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FACTORES DEL PROBLEMA

La pobreza como factor de la inseguridad ciudadana en Lima y Callao

Por Nidia Jáuregui Torres 

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La inseguridad ciudadana es un problema social que vulnera la integridad física de los ciudadanos, la cual genera preocupación y angustia a la población, debido a que algunas personas han sido víctimas de la delincuencia o temen serlo. De acuerdo con el boletín estadístico, titulado Estadísticas de Seguridad Ciudadana (2019), en la provincia regional del Callao, el 28 % de la población de 15 a más años ha sido víctimas de algún hecho delictivo y el 91,1 % de limeños cree que será víctima de la inseguridad ciudadana. Al parecer, muchos de los actos delictivos son cometidos por jóvenes y adolescentes, quienes no cuentan con recursos económicos y optan por robar objetos de valor y creen que así podrán salir de la pobreza. A continuación, se abordarán las causas por las cuales existe pobreza y por qué genera inseguridad ciudadana en Lima y Callao.

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La mayoría de estos jóvenes pertenecen a familias pobres, ya que no cuentan con ingreso, al no poseer empleo. Las escasas oportunidades laborales de estos jóvenes se relacionan con la poca formación académica que recibieron. El texto Posibles causas y consecuencias del desempleo en el Estado de México 2005 al 2014 (2015) menciona que, en la teoría del capital humano, existe una relación entre el nivel de escolarización con la productividad y el empleo de las personas. Es decir, los empleadores consideran el nivel de escolarización, ya que, a través de esta, miden las capacidades y aptitudes de los trabajadores al momento de realizar la contratación. Sin embargo, los jóvenes pobres no pueden culminar la educación básica regular, porque se dedican a trabajar en las calles, ayudan a sus padres con los gastos del hogar. A diferencia de las personas que pertenecen a un sector económico más elevado, por lo que presentarían mayores ventajas en capacidades y destrezas, pues los jóvenes con mayor nivel educativo tienen una tasa de desempleo menor. A pesar de que los jóvenes pobres tengan el ímpetu de conseguir un empleo formal, no lo lograrán a causa del poco nivel de educación que presentan, por culpa de la pobreza. Estos jóvenes buscarán salir de ella ingresando a un mundo de violencia conocido como delincuencia. 

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Por otro lado, la insuficiente remuneración mínima y el subempleo contribuyen a que la pobreza se mantenga y motive a jóvenes a que sigan delinquiendo, ya que estos ingresos no son suficientes para cubrir sus gastos. El sueldo mínimo es la cantidad de dinero que un trabajador recibe por su labor. El informe Impacto del salario mínimo en la canasta alimentaria de El Salvador (2012) define al sueldo básico como el conjunto alimentos necesarios que conforman la dieta frecuente de una población. Para satisfacer la canasta, el salario promedio debe ser mayor y, de esta manera, compensará las necesidades del individuo. Sin embargo, para muchos trabajadores formales e informales, el sueldo promedio no es suficiente para satisfacer la canasta básica que necesitan cubrir en un mes. Mientras tanto, dirigentes sindicales sostienen que el ingreso recibido como salario mínimo no permite que la familia supere la línea de pobreza. La inestabilidad de precios y el costo del transporte sirven para reflejar la brecha entre el salario y el costo de la canasta básica, pues esta afecta a la calidad de vida de las familias. En otras palabras, el sueldo que perciben los jóvenes que pertenecen a un empleo formal o informal es insuficiente para subsistir provocando así que estos adolescentes sientan la ambición de poseer riquezas, de tal manera que cometerán cualquier acto delictivo por conseguirlas.

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En conclusión, el problema de la inseguridad ciudadana en Lima y Callao se puede explicar como la consecuencia de la pobreza. Por ello, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) debe cumplir con sus funciones, de esta manera, generarán empleos con sueldos dignos, que ayuden a salir de la pobreza a muchas jóvenes que solo quieren un futuro exitoso.

En esta imagen, extraída del diario de El Comercio,se observa como el desempleo influye en los actos ilegales como hurtos, robos y asesinatos. 

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La influencia del entorno familiar en la delincuencia

Por Melanie Nolazco Piñin

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En la actualidad, los ciudadanos de Lima y Callao enfrentan una grave situación de inseguridad ciudadana, la cual ha empeorado con el paso de los años. Según el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), el 29.7 % de los limeños y 28% de los chalacos fueron víctimas de algún hecho delictivo entre noviembre del 2018 y abril del presente año (2019).  La mayoría de personas no consideran a la familia como importante en el desarrollo de los posibles delincuentes y de la inseguridad ciudadana. Sin embargo, esta cumple un rol importante en el desarrollo de niños y jóvenes, puesto que es el ámbito donde crecen y aprenden las enseñanzas que les ayudarán a establecerse en la sociedad. Por esto, es fundamental comprender de qué forma la familia es un factor que explica el incremento de la inseguridad ciudadana.

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La presencia de conflictos constantes en la familia pueden influir  significativamente en la aparición de futuras conductas delincuenciales en algunos menores. Uno de los problemas más comunes en el entorno familiar es la violencia entre sus miembros. Vázquez (2003) menciona que un estudio de Smith y Thornberry (1995) sostiene que el maltrato infantil incrementa la probabilidad de posteriores participaciones de los jóvenes en delitos violentos. Ello podría verse reflejado en la situación penitenciaria del Perú, ya que el 44% de sentenciados ha sufrido agresiones de diversa índole por parte de sus padres y el 39,2% admitió que sus padres golpeaban a sus madres comúnmente (Costa y Romero, 2014). Este ambiente violento ocasiona que los niños, al observar las actitudes agresivas de sus progenitores, aprendan erróneamente que esta es una vía para la solución de problemas. Otro conflicto es la presencia de una disciplina inadecuada. Según Vázquez (2003), el exceso de disciplina en la familia suele originar una situación de tensión en la que los hijos desarrollan una agresividad en contra de sus padres. Asimismo, Vázquez señala que otro posible problema es la práctica de una disciplina alternada dentro del hogar. Este tipo de disciplina consiste en la alternancia entre libertad y severidad a los hijos, que es inadecuada para el desarrollo de la conducta de los menores, porque produce en ellos inseguridad y frustración. Con el tiempo, este estado emocional origina la práctica de conductas agresivas. Como se observa, el empleo de una disciplina inapropiada puede generar que los niños y jóvenes desarrollen un comportamiento propicio a la aparición de conductas delictivas.

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La falta de valores en la educación familiar, también, está implicada en las conductas de riesgos de la delincuencia. Los padres son quienes están encargados de inculcar a sus hijos los valores. Según Ortega y Mínguez (2004), este aprendizaje exige la referencia inmediata a un modelo. Es decir, la experiencia permite la muestra de un modelo de conducta no contradictoria o fragmentada. Por ejemplo, si los padres, quienes son modelo de los hijos, poseen valores erróneos; estos tipos de valores serán trasmitidos a sus hijos. Este entorno trae como consecuencia que los hijos tomen estas enseñanzas como correctas. Por lo tanto, ellos practicarán estos malos hábitos. Además, los padres emplean mayor tiempo en el trabajo, lo que ocasiona que compartan menos tiempo con sus hijos y no puedan brindarles las enseñanzas necesarias. Por esta razón, los niños y jóvenes utilizan la tecnología como medio de aprendizaje. Sin embargo, en esta pueden encontrar información inapropiada para ellos (la pornografía, videojuegos violentos y la venta de drogas por internet). Además, si los padres no están presentes, no estarán informados acerca de las salidas de sus hijos, lo que los vuelve más propensos a que se dejen influenciar por personas de su entorno. Por ende, la falta o ineficiencia de una educación en valores vulnera a los niños y jóvenes a que realicen acciones inadecuadas, pues no tienen la orientación apropiada para actuar en la sociedad.

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En síntesis, el entorno familiar es uno de los principales factores de la delincuencia, pues la presencia de conflictos y falta de educación en valores pueden desarrollar conductas delincuenciales en los hijos. Por lo tanto, es importante el desarrollo del bienestar familiar. La familia debe procurar tener un ambiente adecuado para el crecimiento y desarrollo de los niños y jóvenes para evitar la presencia de conductas de riesgo para delinquir.

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La imagen publicada por el diario Granma muestra como los padres enseñan conductas violentas a sus hijos a través de sus comportamientos. Además se observa que estas son interiorizadas y practicadas por sus hijos.

El entorno social como factor de la inseguridad ciudadana

Por Rodolfo Azañero Andrade

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Para entender el problema de la inseguridad ciudadana, se debe saber su origen y cuáles son sus efectos. Según Wael Hikal, en su libro Criminología Psicoanalítica, Conductual y del Desarrollo, la influencia del barrio y de los medios de comunicación se relaciona mucho con la conducta de las personas y cómo formarlos con prejuicios y estereotipos erróneos en la sociedad. Esta influencia se origina en un entorno social con actos criminógenos (factores que pueden producir u orientar a una conducta desviada o criminal). En los últimos seis años, el porcentaje de delitos cometidos por menores de 8 a 17 años y jóvenes de 18 a 29 años, registra un insólito crecimiento de vandalismo y actividad delictiva, particularmente en el distrito de Lima y Callao. A continuación, presenta cual es la influencia de su entorno.

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En primer lugar, se encuentra la influencia del barrio, donde los individuos se encuentran la mayor parte de su tiempo. Existen diversos tipos de barrios criminógenos. Por ejemplo, aquellos donde se encuentra la pobreza y carecen de los servicios básicos (agua, luz, etc.). Estos tipos de barrio tienen complicaciones de tipo sanitario y educacional, lo cual tiene importante influencia en el proceso cognitivo y conductual. Su ubicación es importante, ya que existen barrios de difícil acceso para la policía y otros en los que esta institución policial teme ingresar por su alto grado de peligrosidad. Nicholas DiCaprio (2015), doctor en psicología, afirma que la personalidad normal o anormal es producto del aprendizaje. Conforme crecemos, aprendemos numerosos hábitos, habilidades, actitudes, respuestas emocionales, prejuicios y complejos, porque la mayor parte de lo que somos es producto del aprendizaje y la influencia en el contorno social: la religión, la agresividad, la violencia, el lenguaje y la delincuencia. Todas son conductas aprendidas por alguien más, las cuales son conservadas y reforzadas positivamente por parte de los miembros que presentan este comportamiento, el cual los influye a cometer actos delincuenciales.

 

En segundo lugar, se encuentra la influencia de los medios de comunicación. Según Reyes Echandia (2015), el sexo, la violencia y el crimen son disfrazados con mensajes discretos que son absorbidos por sus destinatarios. El comportamiento desarrollado por la influencia de los medios de comunicación tiene base en la imitación de las conductas observadas o escuchadas en ellos. Esto se puede evidenciar en los videojuegos que transmiten la violencia (matar con armas, fuerza bruta, etc.), donde señalan que matar está bien y que se puede resolver problemas eliminando a los oponentes. Como pasó con el caso ocurrido el 12 marzo del presente año, donde dos jóvenes armados y vestidos como sus personajes del videojuego Free fire llevaron a cabo una masacre en un colegio público, donde hubo 8 personas muertas. En otro aspecto, se encuentra la música, porque a través de sus letras incitan a los jóvenes a cometer actos delictivos y de acoso o abuso hacia la mujer. Un claro ejemplo sería la canción “Candy” de Plan b y 4 “babys” de Maluma, los cuales denigran innumerables veces a la mujer.

 

Para concluir, el problema de la inseguridad ciudadana en Lima y Callao se basa en las conductas aprendidas en el entorno social, lo cual genera actos de violencia y delincuenciales. Estas influencias negativas pueden solucionarse si el Estado incorpora más sistemas educativos, como los colegios, en los barrios de mayor pobreza. De esta forma se disminuiría la tasa de delincuencia, ya que los profesores inculcarían valores e información acerca de la delincuencia.

En la imagen se puede observar como el barrio tiene una influencia negativa en los jóvenes, lo cual genera actos de vandalismo y delincuencia en los distritos de Lima y Callao.

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Ineficiencias en el sistema educativo como factor causante de la inseguridad ciudadana

Por Madeleine Jimenez Moreno

 

 Actualmente, un 57.5% de la población limeña ha sido víctima de la delincuencia según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Muchos de estos delincuentes son jóvenes que no han acabado la primaria ni la secundaria debido a la falta de una buena educación. La educación es un privilegio, en estos tiempos, debido a que no todos cuentan con los recursos de poder estar en una institución privada. La educación influye mucho en un futuro. A continuación, se explicará la 

causa por la cual la ineficiencia en el sistema educativo influye en la delincuencia.

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Una de las principales causas es la mala administración del gasto público en educación. Nuestro país invierte un 3.5% del PBI anual en este rubro. Sin  embargo, comparando nuestro sistema educativo con la mejor educación del mundo, la de Finlandia, vemos una notable diferencia; ya que según el diario español Forum Libertas, dicho país invierte un 6.1% de su PBI anual. Podemos ver que, gracias a la mejora en su educación, Finlandia alcanzó el primer puesto en el ranking de los países más  seguros del mundo. Vemos como la educación influye en la delincuencia y Finlandia es un claro ejemplo de que si dicho país pudo, el Perú también. Asimismo, Moura (2004) comenta acerca de los países asiáticos son líderes en educación, por el contrario, los países latinoamericanos son clasificados como actores mediocres e ineficientes. Nuestro gobierno no se preocupa por la educación y no piensa en el futuro de los jóvenes; ya que la mayoría, al no tener la educación necesaria, no puede conseguir un trabajo digno y termina delinquiendo. Asimismo, el Estado no piensa en los maestros quienes son mal remunerados y los obliga a tener múltiples trabajos en distintas escuelas, trabajando mucho más de lo que en realidad deberían. Esta situación les causa fatiga y desinterés en sus estudiantes. Muchas de las veces estos maestros son obligados a reclamar sus derechos y organizan huelgas que afectan a los alumnos, ya que pierden clases y retrasan su aprendizaje.

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Otra de las causas es la falta de calidad en la educación de las personas de pocos recursos. Muchos de los maestros destinados a la enseñanza de estas escuelas públicas son poco capacitados. Según el diario Perú 21, el Estado es el encargado de capacitar a sus docentes y si bien logran hacerlo, no lo hacen de una forma correcta. También, al no brindar un buen material de estudio a sus alumnos e incentivar por medio de juegos y material didáctico causan el desinterés por parte de estos. La tecnología, también, debería ser implementada, ya que a los estudiantes les llama más la atención esta. El Estado debería implementar en la malla curricular el desarrollo de oficios obligatorios como la carpintería, mecánica y herrería para que los estudiantes al salir del colegio tengan conocimiento de distintos oficios para poder trabajar, evitando que tengan que delinquir por motivos económicos. Algunos países como Estados Unidos ya implementan la enseñanza de oficios en sus escuelas para que tengan conocimiento de estos y no solamente estudio.

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Para concluir, la educación es un derecho fundamental y es por eso, que  la importancia de que el Estado invierta en la educación del país es esencial. Formando más profesionales, reduciríamos el porcentaje de jóvenes delincuentes y creceríamos como país. También, al generar estudiantes con conocimiento de oficios, podrán trabajar y sostenerse económicamente. Asimismo, no solamente nos debemos centrar en los estudiantes de bajos recursos, sino también en que tengamos personas más  cultas y educadas en el Perú. Para que en un futuro seamos como Finlandia y Asia para combatir la delincuencia promoviendo la educación.  

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La imagen publicada por el diario Perú 21 muestra como el Estado peruano no se preocupa en la calidad educativa estatal.

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